lunes, 26 de marzo de 2012

Wonderbra, limítate a sujetar pechos, no a encasillar.


Una cosa es que me en este caso me parezca que utilizar el cuerpo de la mujer está justificado, puesto que se trata de ver cómo sienta el sujetador en cuestión, ya que es lo que anuncia (aunque los pechos del público puede que no sean tan estupendos y la imagen de la modelo genere falsas expectativas, pero ahí hoy no me voy a meter), y otra muy diferente, que cojan y lapiden esta imagen con una frase tan increíblemente machista como esta: “No sé cocinar. ¿A quién le importa?”.
Con este afán de alimentar estereotipos anticuados que nos presenta la marca de lencería Wonderbra, ¡¿quién necesita enemigos?! 
En definitiva, nos está diciendo que para triunfar en la sociedad o bien tienes un busto como el de la modelo, o te compras el sujetador que anuncian para intentar tenerlo, o aprendes a cocinar, porque si eres mujer aparentemente dan a entender que no sirves para mucho más. 
Y yo que pensaba que lo de encasillar a mujeres como objetos sexuales o amas de casa dado los tiempos que corren debería haber quedado ya atrás... bendita ingenuidad. 


lunes, 19 de marzo de 2012

Barbie, el fenómeno "muñequizador" imparable


Hoy vamos con un anuncio americano de la década de los 70. Tenía ganas de comentar uno de éstos.
El comercial, es para anunciar a una súper-renovada Barbie, que ¡oh, sorpresa! ¡ahora puede moverse!
Aparentemente no debió de tener mucho éxito, porque hasta donde yo sé las barbies siguen siendo más rígidas que el carácter de Margaret Thatcher. 

La cuestión, es cómo el anuncio compara, de manera descarada, la muñeca con las adolescentes (eso es lo que dice la voz en off, pero a mi en particular la actriz me parece bastante más joven...). Para este propósito, no sólo se sirven de la voz del locutor , sino que no reparan en detalles para mostrarnos lo mucho que nos parecemos las féminas a la muñequita mediante un juego de imágenes absurdo. 
La niña, entusiasmada grita: "¡Es como yo!", para que el público al que va dirigido se sienta también identificado, a lo que yo le respondería: "No. Te quieren hacer ver que tú puedes ser como ella. Una muñeca. Un objeto al que manipular como quieras. ¿Te quieren convertir en eso y te alegras?".

Aparentemente muchas fueron las que se alegraron, porque Barbie, hasta que aparecieron las Bratz, era líder de ventras.

Parece que el fenómeno de querer convertirse en una muñequita caló y sigue calando tan hondo en nuestra sociedad que ocurren cosas tan pasmosamente tristes como ésta:


Kota Koti, así se hace llamar a la que ya han bautizado como "niña Barbie", y que recientemente se ha convertido en un furor de masas en la red.

Sus padres deben estar orgullosísimos...

miércoles, 14 de marzo de 2012

Pepsi, siente el poder... o pasa de él.


El chantaje en este anuncio podría haber sido divertido, si no fuera por lo que se intercambia. Un producto (Pepsi), por un objeto (camiseta de socorrista), sí, pero leamos más allá, pues el objetivo es el de simbolizar lo que puedes hacer una vez poseas la bebida, aunque seas poco agraciado físicamente.

Pepsi te convierte en un ser tan poderoso, que puedes disfrutar de hacer y deshacer a tu antojo, y entre las posibilidades que te ofrece, aparentemente está la de manipular el cuerpo de la mujer, que en este caso yace inerte de manera muy apropiada sobre la arena, claramente objetualizada.

Indecente cuanto menos me parece el anuncio, que fue coronado, por si la imagen se quedaba corta, con el fantástico título de "French Kiss". Remate final perfecto, vamos.

En definitiva, este anuncio me ha gustado especialmente, porque no sólo atenta contra la imagen de la mujer, sino que creo que también hace lo propio con la del hombre, pues o bien tienes unos abdominales como los de el David, de Miguel Ángel, o bien necesitas Pepsi para poder hacer algo en esta vida. Muy triste. Sexista, se mire por donde se mire.

martes, 6 de marzo de 2012

El malintencionado post it





El anuncio que he escogido para esta entrada es de hace tiempo, tenía ganas de publicarlo, porque es uno de esos que por alguna razón permanece inalterado en el recuerdo de mi memoria. 
Hoy he decidido analizar y extraer conclusiones de este anuncio para prensa, ya que en la entrada anterior hice lo propio con un spot, y no debemos olvidar que el sexismo viaja en muchas formas y soportes. 
Algunos podrían decir que exagero si digo que es machista, pero les replicaría que no se ha de pasar por alto lo que esconde el eslogan, algo que como veremos, no es sino la guinda del pastel. 
Y es que, camuflado bajo la apariencia de lo que en principio no parece ser más que un anuncio en clave de humor, encontramos que hay mucho más, un desprecio hacia el género femenino, que es retratado, angelicalmente, como un mero objeto, cual muñeca de porcelana a la que poder reemplazar por otra en cualquier momento. 
La imagen condensa muy bien el mensaje que subraya posteriormente, de manera casi tímida, el eslogan, al que con un cuerpo de letra minúsculo encontramos medio escondido en la parte inferior del anuncio,“ For the little things you´ll forget” (“Para las pequeñas cosas que puedas olvidar”). 
¿Cómo se puede establecer una analogía tan burda entre una mujer y un objeto sin disimulo algo y quedarse tan tranquilo? 
La delgada línea que separa los anuncios sexistas de otros que no son reconocidos como tal, es a veces, demasiado confusa, especialmente cuando intentan ampararse en el humor. 
Desde luego este no es el caso, pues aquí no hay dudas.