lunes, 23 de abril de 2012

KITADOL, el monsterizador para mujeres, ahora en dulces píldoras

¿Por qué razón querría una marca farmacéutica especializada en disminuir los efectos del dolor menstrual, dirigirse al hombre?


Con el “atrayente” eslogan “Bring her back” (Traéla de vuelta), apelan, en estas tres gráficas creadas por la agencia Prolam Y&R, a los hombres cuyas parejas consideren que se transforman en otra persona cuando tienen el período.

Me haría gracia, de no ser por un par de cosas:

La primera, mostrar a la mujer como un ser violento por el que el hombre se debe sentir amenazado (ya sea boxeador, luchador mexicano o profese artes marciales), dado que no me podéis negar que el lenguaje corporal y la expresión gestual de los actores masculinos que representan al marido, esconden cierto pavor ante la presencia de sus nuevos acompañantes, cuyo rostro es ya de por sí bastante agresivo.
Dando a entender, que cualquier mujer menstruante es básicamente un peligro.

La segunda, la recreación de situaciones hipotéticas en las que tratan de hacernos entender que la asignación de roles de “ama de casa” y “mujer sumisa” en el caso de la mujer, serían lo correcto, en lugar de lo que aparece aquí representado:

En el caso de la primera gráfica, si nos encontramos al luchador y al marido, cada uno recostado hacia un lado, sin contacto físico y el eslogan sugiere que la traigas (a tu pareja, mujer se entiende), de vuelta, ¿qué os viene a la cabeza? A mí, que si eres hombre y no consigues que tu pareja alivie su dolor, premenstrual o menstrual, ya te puedes olvidar del sexo. Como que sólo les importara a ellos.




En la segunda gráfica, el que representa al marido, no tiene otro pasatiempo más que leer un periódico (ocio), mientras que es la figura que representa a la mujer (el boxeador), la que tiene que encargarse del bebé. Claro, a ver qué va a pasar, no vaya a ser que se hernie el pobre hombre si tiene que darle el biberón al crío en un momento dado.




Por último, en la tercera gráfica, para empezar dan por sentado que el que conduce es el hombre, y continuamos viendo cómo la foto de “familia feliz” se ha visto sumamente alterada por el temperamento, nada deseado, con que la mujer colerizada (ya transformada en luchador), obsequia al resto de los ocupantes. Vamos, que ya puede hacer un día estupendo para ir a disfrutarlo con tu familia al campo en coche, pero si el carácter (mala hostia) de tu mujer te lo impide, te va a dar igual lo mucho que brille el sol.




Una última cosa que añadir para que tengáis en cuenta mi post sin que se os nuble el juicio: No estoy ovulando. Ergo, según esto, debería estar más feliz que una perdiz y sin embargo los anuncios me molestan igualmente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario